viernes, 7 de agosto de 2009

...lo tenía Albert Einstein...

"Los grandes espíritus han encontrado siempre violenta oposición por parte de las mediocridades. Éstas no pueden entender que un hombre no se someta irreflexivamente a los prejuicios hereditarios y use honrada y valientemente su inteligencia."

Albert Einstein, en defensa de un profesor de filosofía en Nueva York perseguido por el cristianismo.

3 comentarios:

  1. Porque critcar y no respetar? No cree que cae en el mismo juego de las personas que usted califica de retrogadas e intolerantes?

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  2. *La CRÍTICA (del griego “kritikós”, capacidad de discernir) es un intento filosófico por establecer los límites del conocimiento a través de una investigación sistemática de las condiciones de posibilidad del pensamiento. Criticar, pues, es un esfuerzo por comprender el universo a partir del conocimiento y de la razón; postura antagónica a la concepción (o imaginación) del universo a partir de dogmas, creencias, prejuicios y falacias. ¿Por qué criticar? Porque sólo mediante el constante cuestionamiento y un fundamentado escepticismo de los valores subsistentes es como el ser humano, en tanto individuo a la vez que colectividad, se elevará en la infinita espiral del perfeccionamiento y del progreso. ¿Para qué criticar? Para que la ignorancia y sus consecuencias (el miedo, la intolerancia, el odio, el resentimiento, el crimen, las fobias) sean erradicadas del corazón de los hombres, y para que la sabiduría, la inteligencia y la razón sean los faros que iluminen el camino de la humanidad.

    *El RESPETO es el reconocimiento de que algo o alguien tiene valor, y se advierte como un punto intermedio entre el miedo (surgido de la ignorancia), y el egocentrismo y la autocomplacencia (también surgidas de la ignorancia). Decididamente rechazo reconocer aportación alguna que la religión, o la idea de dios, haya hecho a la felicidad de la humanidad. Rechazo respetar un conjunto articulado de dogmas y prejuicios que solamente promueven el odio, la ignorancia y el sufrimiento de los hombres; no puedo, por cuestión de humanidad, permanecer impávido ante la persistencia de conductas y actitudes antinaturales cuya justificación sean los designios de un “ser supranatural contingente”, cuyos dictados convenientemente sólo pueden ser atendidos por un puñado de malvivientes (pastores, sacerdotes, rabinos, monjes, lamas, y un larguísimo etcétera).

    Yo intento fundamentar y argumentar mis conceptos y juicios mediante los instrumentos de la razón y la lógica, valiéndome de la mayéutica, de la crítica, la dialéctica, el método, y todas aquellas técnicas filosóficas y científicas cuyo objetivo es el alumbramiento de la verdad y el entendimiento de mi mundo y el universo, consciente de las limitaciones de mi propia naturaleza. ¿Cómo es que un intento por discutir y debatir respecto a un tema puede ser considerado como una actitud retrógrada e intolerante? Como primer elemento, el adjetivo “intolerante” que se me adjudica carece de sustento desde el momento mismo en que mi disposición al debate me llevó a publicar una opinión, y a esperar (aceptar) una respuesta.

    Calificarme de retrógrada e intolerante (adjetivos que, por cierto, no he utilizado en mis publicaciones) sencillamente devela que los sistemas de creencias y dogmas, aprendidos mediante la coerción, la tradición y la trasmisión de la angustia, se tambalean ante la más pequeña de las insinuaciones de incredulidad, escepticismo y curiosidad, motivo por el cual se reacciona mediante la descalificación.

    Anónimo, tu intento de silenciarme no sólo resultó vano e inútil, sino que reveló un rasgo que te caracteriza y define: tienes miedo, y siempre lo tendrás. Tu pseudónimo también devela algo de tu naturaleza: eres un cobarde.

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  3. Cue:

    Lo diré en palabras que nuestro amigo Anónimo entienda... Le diste en la madre...!!

    Saludos Oscar Huitrón

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