sábado, 29 de enero de 2011

Deseo enREDado

Si su vida fuera interesante no estarías leyendo su historia: un café, un acompañante ocasional, buen amigo de otros tiempos, un relato vacío.

Y es que ella piensa que es mas importante lo que ocurre en su libro de caras que lo que vive en persona con ese, su príncipe azul. Salió a comer con gente de la oficina, pero el no le creyó.

El chisme fue creciendo como bola de nieve, y lo que claramente se mostraba como una serie de manifestaciones ociosas escritas y retratadas en un muro virtual eran para ella afiladas lanzas que atravesaban su vida. La intriga dibujada en el rostro de su interlocutor hacía mas interesante el vacío de la conversación, "de plano tuve que llamarle por teléfono, pero no contestó. Lo peor de todo es que conozco a esa perra", decía mientras encendía otro cigarrillo. Explicó después que se trataba de la foto de él con una prima, bailando.

Y se tornó mas escabroso cuando añadió que ella misma tenía una foto así con su ex. "No se por que se puso así cuando vio la foto, mi ex y yo nos llevamos bien, eso es todo". Es de suponer entonces que es mas peligroso tener una foto bailando con la perra de tu prima que con tu ex novia, a la que aún frecuentas. ¿No?

Habían roto ya la barrera de lo íntimo de una conversación de dos: se levantó de su asiento y comenzó con una grotesca representación de sí misma ahuyentando al tipo que intentaba tocarla en aquella fiesta. Su novio actual.

Recordó después cada detalle, su cuerpo desnudo en posición fetal, el frío que recorría palmo a palmo toda su piel, la respiración pesada de su amante en la espalda. La duda: esa sensación de estar haciendo algo indebido entre el aire denso con olor a whisky y tabaco. Y no era propiamente remordimiento, pues no había pasado nada aquella noche que entre copas los había dejado exhaustos, inconscientes.

Desde entonces era costumbre suya rechazar a su amante de vez en cuando como rindiendo tributo a aquel momento en que pretendía entregarse por completo a un perfecto desconocido. Seguía siendo un desconocido para ella. Cada vez sabía mas de el por lo publicado en la red que por contacto personal. Adicta a la intriga, enamorada del alcohol.

La perra de su prima, repetía como un mantra para sus adentros. El hombre la miraba como saben hacerlo los felinos. Era notablemente mayor que ella, con la cabeza lisa por convicción mas que por ocultar su calvicie. Aprovechó la pausa para hacer algunas preguntas.

Concluyó que ella buscaba la forma de relacionar a la perra esa con su galán como se relacionaba ella con su ex novio, la culpa le causaba la necesidad de creer que aquellos dos se estaban acostando regularmente como ella deseaba hacerlo con su amor pasado. Una excusa, era todo lo que necesitaba. Dejar de sentirse como la perra que es.


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